Empezamos con una calculadora y muchas preguntas
En 2010, Raquel dejó su puesto en una auditoría grande para trabajar con empresas pequeñas que necesitaban ayuda real. El primer cliente fue una distribuidora que estaba creciendo rápido pero sin control del flujo de caja. Pasamos tres meses revisando cada factura, cada plazo de pago.
Ahora trabajamos con todo tipo de negocios, desde fabricantes hasta startups tecnológicas. Algunos nos llaman cuando ya hay problemas. Otros, por suerte, antes. Lo que no ha cambiado es que seguimos haciendo las mismas preguntas incómodas que hacíamos al principio.
Tenemos oficina en Zaragoza, pero trabajamos con clientes de toda España. A veces desde aquí, a veces en sus instalaciones. Depende de lo que necesiten.

